LA ILUMINACION DEL ACUARIO

Este articulo contiene los siguientes puntos:
1. Introducción
2. La regla de iluminación watts por litro
3. Mejorar la Regla Watt/litro y cambiarla por lúmenes/litro
4. ¿Qué cantidad de luz?
5. La luz y el sustrato rico en materia orgánica
6. Requerimientos de las plantas
1. Introducción
La energía lumínica es el combustible de la fotosíntesis. Cuando iluminamos, lo que hacemos es poner en marcha la construcción de masa vegetal, fotosíntesis, y con ello las diferentes funciones básicas del ciclo vital del acuario:
• Purificación del medio, las plantas utilizan los tóxicos generados por los deshechos de peces y materia orgánica.
• Oxigenación del agua y del suelo, con la fotosíntesis si libera oxígeno a través de hojas y raíces, a veces se ve a las plantas como burbujean.
• Las plantas crecen a un ritmo que depende directamente de la cantidad de luz. Más adelante veremos lo importante que es equilibrar la cantidad de luz al plan de abonado o a las condiciones de cada acuario, esta decisión no puede ser aleatoria porque la mayoría de problemas de algas provienen de un balance LUZ-CO2-nutrientes incorrecto.
El mito de la sofisticada luz que las plantas necesitan
Creemos que hoy en día se está exagerando la importancia de las características técnicas de cada fuente de luz. Al aficionado se le bombardea con una avalancha de conceptos como watts, lumen, Kelvin, PAR, PUR, CRI, etc. A veces se utilizan estas siglas de forma extremadamente exagerada para hacer creer al aficionado que sólo gastando una ingente cantidad de dinero puede tener una buena iluminación. El resultado puede ser que las plantas crecen igual que en el acuario del vecino que usa fluorescentes del supermercado e incluso que no se resuelvan los problemas de algas.
No descarto la importancia de estos conceptos y de las características de cada luz, de hecho simplemente notifico que se exagera. Las plantas crecen, a efectos prácticos, igual de bien en una gama muy amplia de características.
2. La regla clásica de watts por litro para iluminar el acuario
La regla consiste en utilizar una cantidad determinada de watts en relación a la dimensión del acuario (watts X litro). Este método de iluminación es el más básico, fácil y sencillo. Su gran inconveniente es que en sí mismo no valora la calidad de luz sino sólo lo que consume una lámpara, deja de lado las características de la luz. Aún así la regla w/l es realmente efectiva y funciona muy bien si tenemos en consideración los puntos que se van a tratar seguidamente.
Puntos que han de tenerse claros para aplicar la regla de watts por litro:
1. Esta regla es aplicable a tubos fluorescentes T8 o similares.
2. El color de la luz debe aproximarse a 6.500K. O al menos debemos mantener un margen de entre 4.500K a 10.000K.
3. Esta regla se aplica para acuarios de entre 80 a 200 litros. Para acuarios más pequeños la proporción se aumenta notablemente y en acuarios más grandes la proporción se disminuye.
4. El uso de reflectores es imprescindible. Sea cual sea el tipo de fluorescente.
A continuación ampliaremos cada uno de los puntos enunciados:

2.1 Esta regla es aplicable a tubos fluorescentes T8 o similares.
Las siglas T8 hacen referencia al grosor del tubo, y los tubos similares en cuanto a eficiencia energética son las bombillas compactas CFL o tubos PL.
Esto no significa que no podamos aplicar la regla a otros tipos de lámparas, pero en tal caso debemos ajustar la relación puesto que algunas son más eficientes de modo que por los mismos watios dan más luz, es el caso de los tubos T5 que pueden dar un 20% más de luz que un T8 clásico o los T2 que aún son más eficientes. En el caso de los LED los encontramos con cualidades muy variadas, a veces pueden llegar a superar en un 20-30% a los mejores T5.
Descartamos la luz incandescente por su poca eficiencia, es decir porque gasta mucho para la poca irradiación de luz efectiva y por su excesivo calentamiento. Tampoco aconsejamos el uso de halógenos por su fuerte calentamiento.
Cuando aplicamos la regla deberíamos ajustarla aumentando o disminuyendo el nº de watts según el rendimiento de la luminaria que se utiliza.
2.2 El color de la luz debe aproximarse a 6.500K. Podemos movernos en un margen de entre 4.500K a 10.000K, pero mejor no salirse de este margen.
K es el símbolo de grado Kelvin o también llamado temperatura de color (más adelante en este artículo se explica este concepto). Es importante este dato porque nos asegura que utilizamos iluminación adecuada para el crecimiento de plantas y no otras propias para iluminación de hogares o para Reef de agua salada.
Hoy en día se suele exagerar la importancia de los grados Kelvin. En realidad la luz de entre 4.000k hasta 5.000K es muy apta para el crecimiento de plantas pero su apariencia estética es excesivamente cálida, es buena para un ambiente de hogar pero da un colorido demasiado amarillento al acuario y su efecto óptico es que las plantas pierden viveza. Por encima de 10.000 la luz es demasiado fría y aunque en el acuario puede quedar muy bien, resulta que es floja en la gama de irradiación cálida que necesitan las plantas para la fotosíntesis.
2.3 Esta regla se aplica para acuarios de entre 80 a 200 litros. Si son más pequeños debemos aumentar la proporción de watts y si son más grandes se disminuyen. Esto se debe a que la cantidad real de luz que reciben las plantas de acuario no depende solo de los watts sino que también hay que valorar las variables de la profundidad y superficie del acuario y también la parte que se pierde por las paredes del acuario. Eso hace que la proporción es más alta en un acuario de 30 litros que en uno de 500 litros. Por ejemplo, un acuario de 30 litros con 50w recibe una iluminación similar a un acuario de 100 litros con 100w, o bien en un acuario de 400 litros llegamos al mismo nivel con sólo 250w.
2.4 El uso de reflectores es imprescindible. Sea cual sea el tipo de fluorescente utilizado debemos incorporar esas bandas metálicas que reflejan la luz y la concentran en el acuario. Un mismo tubo fluorescente sin reflectores limpios puede disminuir su rendimiento en más del 30%.

Tabla nº1. Proporción de 1w por litro (o 60 lúmenes por litro) para diferentes capacidades de acuario. En la tabla se muestra la equivalencia de diferentes volúmenes de acuario para cumplir el nivel de iluminación de 1w por litro. Tabla aplicable para tubos fluorescentes T8 o de eficiencia similar. Los datos de esta tabla son meramente indicativos, no hemos encontrado estudios o investigaciones realizados con instrumental de precisión que aseguren la validez de los datos de esta tabla. Aunque la tabla de proporción no esté científicamente contrastada, nos será útil como guía aproximada de aplicación para la regla w/l. La tabla describe la proporción en base a 1w/l, esto no significa que esta sea la cantidad que debamos iluminar. Podemos iluminar proporcionalmente de entre 0,3 a 1,5 w/l y de ello dependerá la velocidad de crecimiento de las plantas.
Uso de la tabla
Veamos 2 ejemplos:
Ejemplo 1. Si queremos iluminar a razón de 1w/litro un acuario de 30 litros, necesitamos utilizar 50w. Si queremos iluminar el mismo acuario a razón de 0,5w/l, necesitamos una lámpara de 25w.
Ejemplo 2. Queremos iluminar a razón de 1w/litro un acuario de 300 litros, necesitamos utilizar 200w. Si queremos iluminar el mismo acuario a razón de 0,5w/l, necesitamos 100w.
Recuerden lo que hemos dicho, que para luminarias más eficientes se disminuye la cantidad de watts o los aumentamos para luminarias menos eficientes.

Tabla nº 2. Relación luz-crecimiento de plantas
*Lumenes es la medida de flujo luminoso real.
*Carbono líquido es Flourish Excel o similar. Este tipo de carbono cumple con las necesidades de CO2 hasta cierto nivel de iluminación, pero no puede satisfacer toda la demanda de este elemento con velocidades de crecimiento rápidas.
3. Mejorar la Regla watts/litro y cambiarla por lúmenes/litro
Es posible mejorar la regla para conseguir mucha más seguridad de que iluminamos correctamente y subsanar el defecto de que la medida de watts de una lámpara no indica la medida real de la cantidad de luz. Para ello sustituimos 1 watt por 60 lúmenes con un color-temperatura de entre 5.000K a 10.000K (luz fría o luz de día). Actualmente la mayoría de las lámparas nos dan la información de su flujo real de luz, es decir de los lúmenes, por eso es muy fácil y deberíamos, sustituir nuestra tabla clásica de watts por litro por la más exacta de lúmenes por litro.
En las tablas anteriores (Tabla 1 y Tabla 2) aparece la columna de lúmenes para su correcta aplicación.
Es decir que si deseamos iluminar un acuario en base a 0,75w/l, lo que necesitamos es 45 lúmenes por litro de un tipo de luz próxima a 6500K.
Un ejemplo de ello es un acuario de 100 litros que se desea iluminar con esta cantidad y tipo de luz, para ello necesitamos un total de 4500 lúmenes mediante luz de 6500K. Probablemente nos bastará con dos tubos fluorescentes (T5).
4. ¿Qué cantidad de luz?

La decisión de la cantidad de luz empleada para iluminar un tanque depende de las características de nuestro acuario y de nuestro objetivo. Para tomar la decisión debemos sopesar cada uno de los siguientes puntos:
1. Si el acuario tiene o no adición de CO2. Sin C02 las plantas crecen muchísimo menos y necesitan poca luz.
1. Si el acuario tiene o no adición de CO2. Sin C02 las plantas crecen muchísimo menos y necesitan poca luz.
2. Si el sustrato es rico en materia orgánica.
3. Si se abona o no. En caso de abonarse si se hace con más o menos intensidad.
4. Si queremos un crecimiento intenso de las plantas con lo que esto conlleva que es podar a menudo y estricto plan de abono, o bien deseamos un crecimiento suave o lento que nos exigirá poco cuidado.
Teniendo en cuenta las características del acuario y lo que queremos conseguir, decidiremos la cantidad de watios totales de iluminación. Esta cantidad oscilará entre 0,3w/l y 1,2w/l. Este margen tan amplio es debido a que de nuestra elección dependen resultados muy diferentes. Poca luz es indicada para acuarios sin CO2 y en los que no se abona o se hace de forma muy simple (por ejemplo una vez por semana), mucha luz si pretendemos obtener un gran crecimiento intenso y un buen espesor de plantas lo que nos obliga a seguir un buen plan de abono. La tabla n.º2 describe la relación entre la cantidad de luz, el crecimiento y los nutrientes, estos tres deben mantenerse bien balanceados.
La cantidad de luz es el factor que marca la velocidad de crecimiento vegetal. Así que es nuestra elección el decidir que velocidad queremos. Debemos situarnos en el punto que deseamos y en el que somos capaces de hacerlo bien.
No se trata sólo de elegir la velocidad de crecimiento sin más puesto que luego es necesario proveer los nutrientes necesarios para mantener la velocidad elegida.
Ley esencial de iluminación y abonado:
Se puede abonar más de lo necesario pero nunca se puede iluminar con mayor intensidad de la que permiten los nutrientes y CO2 disponibles.
La luz obliga a la planta a crecer de modo que la planta tiene que tener a su disposición todo el CO2 y nutrientes necesarios, si no es así el resultado es debilidad de la planta, carencias y lo más importante aparición de algas. No basta disponer de abono de sobras, si el CO2 está limitado el problema es el mismo, igual ocurre en la situación inversa de falta de abono y de abundante CO2.
La intensidad de la luz es la que determina la cantidad de nutrientes necesarios, cuanta más luz, más cantidad de abono es necesaria. La luz no puede ser nunca el factor limitante, pues esto sería causa inequívoca de aparición de algas.
Importante:
No vale la pena intentar una iluminación intensa sin equipo de CO2 presurizado y sin abonar suficiente. Siempre habrá carencia de CO2 para satisfacer la demanda de esa iluminación. La excepción es el caso de tener un sustrato con más del 30% de mantillo vegetal, en tal escenario habrá abundante CO2 orgánico para cubrir las necesidades.
También será un fracaso el querer sustituir el CO2 de bombona a presión con un sistema casero de levadura cuando el acuario posee una luz intensa o superior a 0,5 1w/l. Los cambios en los niveles de CO2 no pueden ser controlados con este sistema y siempre provocan fuertes desarrollos de algas.
Consejos:
1. Empezar con poca luz y luego incrementar a medida que tenemos más experiencia.
2. Cuando aparecen algas lo intentaremos solucionar reduciendo la iluminación o aumentando el plan de abonado.
2. Cuando aparecen algas lo intentaremos solucionar reduciendo la iluminación o aumentando el plan de abonado.
5. La luz y el sustrato rico en materia orgánica

El sustrato libera nutrientes a las raíces y también los libera por lixiviación a la columna de agua. Aun así, en condiciones de luz mediana o intensa, es conveniente añadir algo de abono líquido en el agua porque las plantas consumen los nutrientes tanto a través de las raíces como los que se encuentran libres en el agua. En realidad no necesitan abonado pero el agotamiento de nutrientes en el agua produce la aparición de algas. Esto se evita con un ligero aporte de abono líquido.
Se puede comprobar que cuando hay un buen sustrato orgánico el consumo de nutrientes en el agua es mínimo, pero evitaremos algas verdes filamentosas, cianobacterias y otras con un simple abonado. Quizás de 1/6 o 1/3 de la dosis recomendada.
Los análisis del agua con sustrato rico orgánico, suelen marcar medidas próximas a 0, a pesar de ello las plantas crecen muy intensas y con un aspecto excepcional. Es muy aconsejable intentar mantener los valores de nutrientes disueltos en el agua en un nivel aceptable para asegurar la total desaparición de algas. Los valores mínimos que conviene preservar continuamente son 10ppm de N, 1ppm de P y 7ppm de K.
6. Requerimientos de las plantas
Ya hemos visto que la luz y el CO2 son fundamentales para las plantas en lo que respecta a la realización de las fotosíntesis. Sin embargo, existen otra serie de elementos que también son de suma importancia para un sano desarrollo de las plantas. De hecho hay tres elementos primordiales que constituyen la base de su nutrición, y estos son el Nitrógeno, el Fósforo y el Potasio. A esta combinación de elementos, conocida comúnmente como NPK, se les denomina Macronutrientes.
·El Nitrógeno (N)
En el acuario, el Nitrógeno se encuentra disponible en algunos compuestos nitrogenados. Las plantas utilizan estos compuestos para obtener este preciado elemento. Sin embargo, en un acuario densamente plantado, la demanda podría fácilmente superar la disponibilidad de este elemento. Es así, que a veces se hace necesario dar un aporte externo que satisfaga las necesidades de las plantas. Un suministro adecuado se reflejará inmediatamente, en forma de un crecimiento acelerado y dará una coloración verde intensa a nuestras plantas.
·El Fósforo (P)
Éste, como el Nitrógeno, también es un elemento imprescindible para el sano desarrollo de las plantas. De hecho, el Fósforo es fundamental en los procesos de crecimiento y reproducción. Sin embargo la cantidad de Fósforo requerida en un acuario es ínfima en comparación con la que se requiere de Nitrógeno y de Potasio. De tal manera, la mayoría de las veces no es necesario aditarlo, pues basta con el que ya incluye el agua corriente, sumando al que contienen los alimentos y complementado por el que se encuentra en las heces fecales y en la materia orgánica en descomposición. Las bondades del Fósforo incluirían estimular el desarrollo de la raíz y el crecimiento de la planta, así como también favorece la resistencia de las mismas.
·El Potasio (K)
Este elemento suele ser requerido por las plantas en una cantidad equiparable a la del Nitrógeno. Sin embargo, en la mayoría de los acuarios resulta ser el elemento más demandado y por lo tanto el que se requiere en mayor cantidad. El Potasio es fundamental para la respiración de la planta, para la metabolización del Nitrógeno y para la producción y transporte de azúcares. A diferencia de los anteriores, el Potasio no suele estar presente de forma natural en los acuarios, es así que, hay que aditarlo regularmente para cubrir su déficit.
Micronutrientes o Elementos Traza
Dentro de la nutrición de las plantas también existen otra serie de elementos llamados Micronutrientes o Elementos Traza. Los Micronutrientes incluyen elementos como el Hierro (Fe), el Calcio (Ca), el Magnesio (Mg), el Manganeso (Mn), el Boro (B), el Azufre (S), el Zinc (Zn), el Cobre (Cu), etc, etc. Estos elementos también son indispensables para las plantas. Sin embargo, las cantidades de Micronutrientes que precisa un Acuario Plantado son mínimas. De hecho muchos de estos elementos son renovados cada vez que hacemos un cambio de agua, pues algunos ya vienen incluidos en el agua corriente. Aun así, ante su carencia, hay productos comerciales que restituirían fácilmente los niveles de estos Micronutrientes.
Entre los Micronutrientes el Hierro (Fe) merece una mención especial, pues este elemento interviene directamente en la producción de la clorofila. De hecho, hay quienes lo clasifican dentro de los Macronutrientes. Una deficiencia de Hierro se reflejará inmediatamente en una clorosis, definida por un amarilleamiento de las hojas jóvenes entre sus nervaduras. De igual forma existen productos especializados para resarcir estas carencias.