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EL ACUARIO LOW-TECH
Introducción.
Low-Tech significa baja tecnología, es decir un acuario sin inyección de CO2 y con la mínima tecnología. En este método no se suele utilizar filtro sino que son las plantas las que actúan como filtradoras.
No se trata de un método preciso y bien definido, hay múltiples variantes, en realidad cada aficionado a este método lo aplica a su manera. Podemos decir que la característica del Low-Tech es utilizar la mínima tecnología y que el acuarista se va a adaptar a las condiciones del acuario y no al revés.
Las ventajas de este método son:
Mínimo gasto
Mínimo mantenimiento de limpieza, cambios de agua y podas.
Se trata de un sistema que requiere muy poco de nuestro cuidado y que en gran medida funciona por sí sólo.
Por otro lado debemos aceptar los siguientes puntos:
El crecimiento de las plantas es lento
La cantidad de peces tiene que ser escasa, puesto que la capacidad del acuario para absorber los residuos es también escasa.

Sustrato.
Emplearemos un sustrato de simple tierra que deberá ser poco o nada calcárea. Podemos añadir entre un 10% a un 20% de tierra vegetal bien descompuesta, esto último va a dar una fuerza extra a las plantas aunque también debemos aceptar que tendremos un poco de algas durante los primeros meses.
Encima del sustrato añadimos una capa de 2 cm de arena de río.
Todo lo dicho en el capítulo de sustratos vale también para el sistema Low-tech pero es preferible elegir una mezcla sin materia orgánica o con poca para evitar las algas sino queremos trabajo extra de limpieza durante los primeros meses.
Si hacerse uno mismo la mezcla de sustrato le resulta difícil o no tiene medios para conseguir estos simples ingredientes con garantía, entonces que use cualquier sustrato comercial a poder ser que no incorporen abono químico. O bien una tierra del tipo Akadama. En caso de utilizar un sustrato comercial será suficiente con una capa no muy gruesa debajo de la capa de arena.

Agua.
Por supuesto el agua directa del grifo a la que le eliminamos el cloro con un producto para tal fin, o que habremos dejado reposar durante 24h para evaporar el cloro.
Las modificaciones del tipo de agua que llega de la red, ya sea osmosis, agua destilada o lo que sea, requieren un trabajo y un coste extra que son contrarios a la ley del mínimo esfuerzo del Low-tech.
¿Merece mención especial el pH? Este parámetro está sobre valorado, se suele creer que los peces son muy exigentes respecto a él. Lo cierto es que los peces toleran márgenes extremadamente amplios sin ningún problema. El pH está directamente determinado por la cantidad de CO2 disuelto en el agua, a mayor cantidad de gas carbónico disuelto el pH desciende de grado (el agua se acidifica), cuanto menos CO2 el pH sube.
Las plantas, si son abundantes, consumen todo el CO2 disponible a medida que se genera y, dado que en este método no añadimos ninguno de los complicados equipos de inyección de carbono, el pH será elevado. Es normal que en las condiciones de un Low-tech tengamos un pH por encima de 7,5º e incluso por encima de 8,5º, y no por eso los peces dejan de estar sanos.
Decíamos que los peces son mucho menos sensibles al nivel de pH de lo que se piensa, tampoco les afectan las variaciones de este parámetro. A lo que si son sensibles muchas especies es a los cambios en el nivel de dureza del agua (la mineralización del agua). Esto es así porque en la naturaleza se dan cambios importantes en el pH del agua en cuestión de horas o pueden haber fuertes diferencias del grado pH en dos puntos separados pocos metros uno del otro.
Por ejemplo: el CO2 se genera por la descomposición de hojas y residuos acumulados en el fondo, de modo que durante la noche el incremento de CO2 eleva el pH y cuando el sol empieza a iluminar con intensidad, a media mañana, las plantas realizan la función clorofílica de forma intensa (fotosíntesis), consumen el CO2 para crear su nueva masa corporal y agotan el stock de CO2 libre, esto produce una considerable subida de pH. Esto sucede a diario en ciertos ambientes acuáticos y, por supuesto, sus habitantes están totalmente adaptados a ese ritmo natural.
En cambio en la mineralización del agua (GH) los peces suelen ser más sensibles porque en la naturaleza estos cambios suceden de forma lenta o esporádica, a veces marcan los cambios estacionales y épocas de lluvias, es el caso de los monzones, que disparan las épocas de reproducción. Los cambios en la dureza del agua, si tienen que hacerse, se harán lentamente a razón de 1º o 2º por semana.

Luz.
Si valoramos el gasto mínimo será suficiente con una cantidad de luz cercana a los 0,3 vatios por litro. Pero lo ideal es llegar al menos a 0,5 vatios por litro para asegurar un crecimiento suficiente de la plantación que, como veremos, es un factor esencial en el método Low-tech. Por supuesto que el tipo de tubos fluorescentes o de bombillas tienen que ser aquellos aconsejados para plantas por sus fabricantes.
Una opción muy en línea con el Low-tech es utilizar la luz solar. Si esta es nuestra opción lo mejor es situar el tanque junto a una ventana que dé al norte de esta forma conseguimos abundante luz pero no el sol directo. Se dice que el sol produce algas en un acuario pero en al caso de un acuario plantado lo que produce algas no es la luz del sol sino las fuertes oscilaciones de temperatura y de fotoperiodo.
La luz solar es la mejor que podemos dar a las plantas pero el problema es que sus oscilaciones estacionales o de varios días nublados pueden producir algunas subidas de algas. Esto es debido a que a las plantas les cuesta bastante tiempo adaptarse a las variaciones en cambio las algas son mucho más rápidas y aprovechan la ventaja. Es por eso que, si utilizamos luz solar, mejor que esta no sea directa.
Otro inconveniente de un tanque expuesto a la luz solar es que las plantas se giran hacia la ventana y su apariencia desmerece muchísimo cuando las miramos desde el lado de la habitación.

Temperatura. Es suficiente con mantener el acuario por encima de 21º. Incluso menos si optamos por peces resistentes al agua fría.

Filtro.
En el sistema Low-tech es muy importante resolver bien este tema. Sobre esto tenemos dos líneas ambas muy válidas:
1). Utilizar filtro convencional.
Algunos creen que el filtro es como el cubo de la basura donde va a parar toda la suciedad y que se debe vaciar y limpiar cada pocas semanas. En realidad esta no es su función en ninguno de los diferentes sistemas naturales. El filtro es un espacio ideal para alojar millones de bacterias que degradan los residuos tóxicos como son los amoníacos y nitritos hasta convertirlos en nitratos menos tóxicos que a continuación son devueltos al medio y aprovechados por las plantas. A parte del nitrógeno también los otros nutrientes acaban por ser devueltos a la columna de agua. Para que este proceso tenga tiempo de completar su ciclo, no debemos limpiar el filtro sino permitir que el mismo filtro y su misma masa filtrante funcionen ininterrumpidamente durante meses y años.  
Lo más aconsejable es un filtro exterior de capacidad holgada, cuanto más grande más aseguramos que durante años no llegará a taponarse. Los filtros interiores y de mochila suelen ser pequeños.
El tema de no limpiar el filtro no es sólo para cumplir con la ley del mínimo esfuerzo del Low-tech, sino porque cada vez que limpiamos el filtro lo que en realidad hacemos es entrar en competición con las plantas, eliminamos cantidad de nutrientes en proceso de semi degradación que hubieran sido el alimento de las plantas.
Es lógico, no podemos estar en un sistema sin abonos añadidos ni sustrato enriquecido y al mismo tiempo eliminar los propios nutrientes que se generan en el mismo acuario.
2). No usar filtro
Un acuario sin filtro en el que los niveles de nitratos se mantienen bajos es un bonito reto que no es difícil conseguir. Para ello sólo necesitamos una abundante plantación.
En general se menosprecia la capacidad purificadora de las plantas, cuando en realidad estas son superiores a un filtro. Esta capacidad de eliminar nitratos y otros elementos es utilizado en algunas depuradoras biológicas que funcionan a la perfección.
Las bacterias y micro organismos degradan igualmente los deshechos, siguen cumpliendo su misión. En este caso se alojan principalmente en la capa de arena superficial. El proceso de purificación se realiza igualmente sin ningún problema.
A algunos les parece imposible, basta que lo prueben para que se convenzan del mito falso de los filtros y su absurda limpieza periódica.

Plantas.
Elegiremos plantas principalmente sumergidas y que un buen número de ellas puedan enraizar en el sustrato. Rechazaremos algunas de las falsas plantas de acuario (esas que en realidad son palustres). Si no conocemos muy bien las variedades y cualidades de las plantas, una buena idea es empezar plantando tantas plantas diferentes como podamos y dejar que con el tiempo, las que se adapten mejor acaben dominando.
Movimiento de agua.
Este punto es muy importante porque necesitamos el movimiento del agua para evitar zonas estancadas. Además el movimiento de ondas en la superficie, sin necesidad de producir chapoteo, ayuda a oxigenar en el caso de que la plantación sea escasa. Son dos los sistemas para producir este movimiento:
1). Un filtro que puede tener o no tener carga filtrante. Para asegurar suficiente movimiento de agua aquí es válido el consejo de que este debe ser de tamaño grande.
2). Una pequeña bomba de cabezal. Dado que no la queremos para filtrar nos bastará la más pequeña que encontremos.

Cambios de agua.
Aconsejamos por lo menos el 20% semanal para mantener unas condiciones mínimas de eliminación de tóxicos. Algunos aficionados consideran que en el método Low-tech no debe cambiarse el agua y sólo rellenar la que se evapora. Nuestra opinión es que esto acumula muchos tóxicos que debilitan a los peces. Estos tóxicos se generan por la fermentación en el sustrato y también por taninos de plantas sobre todo en algunas especies como las criptocorynes. El acuario y los peces se adaptan al nivel alto de toxinas pero los nuevos peces puede que no consigan adaptarse a este ambiente contaminado. La acumulación de toxinas en el agua se evidencia porque cuando se añaden nuevos peces estos se suelen morir en pocos días, son incapaces de adaptarse a un ambiente tan contaminado.

pH, GH y otros parámetros.
En un sistema Low-tech no nos preocupamos en absoluto de parámetros tales como el pH, GH, KH, niveles de nitratos, etc.…
Todo el sistema en el tanque se va a adaptar a las condiciones propias del tanque y del agua disponible. No nos vamos a esforzar lo más mínimo en modificarlas.   
Puesto que optamos por una considerable plantación, lo que es seguro es que el pH será elevado debido a que la absorción de CO2 por parte de las plantas produce como resultado la elevación del pH. No importa un nivel alto puesto que las plantas se adaptan perfectamente y la mayoría de los peces también.
Los niveles de nitratos tienen que ser inapreciables o muy bajos, lo que vamos a conseguir gracias a las plantas. Muy de vez en cuando podemos medir con un test de gotas para asegurarnos y si resulta que el nivel es alto lo que debemos hacer es regalar algunos de los peces porque es señal de que nuestro sistema soporta una carga de peces mayor de la que puede asimilar.

Peces.


Para acertar en la elección hay que asegurar que se trata de especies adecuadas para la dureza del agua de nuestro grifo. No es necesario preocuparnos de si los valores de pH son adecuados, los peces se adaptan perfectamente, algunos de ellos quizás no críen si el pH no se acerca a sus valores óptimos pero su colorido y su vitalidad no van a disminuir.
Existe una cierta obsesión en querer mantener peces a niveles de pH determinados cuando en realidad la mayoría se adaptan al pH que sea si las condiciones de dureza son las adecuadas.
La cantidad de peces posibles es variable y depende de la cantidad de plantación. Una aproximación general sería 10 peces de unos 4 cm por cada 100 litros de agua. En la práctica la cantidad de peces que el acuario puede soportar va a depender de factores como la cantidad de fronda vegetal y del crecimiento de esta.

Abonado.
Por supuesto que en el Low-tech no se usa ningún tipo de abono, basta con la alimentación de los peces. Al cabo de unos años si se hace evidente la falta de nutrientes y el sistema es incapaz de autogenerarlos entonces podemos tomarnos el trabajo de abonar un poco. Hablaremos de ello más adelante.
Algunos usuarios de este sistema alimentan a sus peces en exceso para así asegurar el abonado de las plantas. Dado que en este sistema el equilibrio biológico es muy estable y que es fuerte la capacidad de los micro organismos y bacterias para degradar los restos, no comporta ningún problema el exceso de comida sobrante, incluso es esta una práctica que a mi me parece muy válida.

La relación entre la luz, las plantas y los peces.
Estos tres son, probablemente, los elementos principales que determinan el funcionamiento de todo el conjunto del acuario. Para que puedan haber peces es necesario un sistema de purificación que elimine todos sus deshechos, este sistema deberá basarse sobre las plantas principalmente, y para que la plantas tengan la suficiente capacidad es necesaria la luz.
A mayor cantidad de luz, más crecimiento de plantas y más capacidad de alojamiento para peces.
A menor cantidad de luz las plantas reducen su crecimiento y el acuario puede albergar pocos peces.

El Carbono es el agente limitador.
Sin embargo, en un acuario Low-tech, está capacidad de la luz para producir el crecimiento de las plantas va a ser seriamente limitada por la disponibilidad de CO2 (anhídrido carbónico), de tal modo que la carencia de carbono limita el crecimiento de la planta aunque haya luz y nutrientes de sobras. Las plantas no pueden construir tejido orgánico más allá de la disponibilidad de encontrar carbono que es el elemento base de todas las células vivas.
En el Low-tech se obtiene el CO2 de la materia orgánica del sustrato y de la descomposición de los residuos de los peces y restos de comida.
La escasez de carbono no es un problema puesto que la finalidad de este método es un acuario estable con poca maquinaria y con crecimiento lento que nos dará poco trabajo.
Pero tenemos que tener en cuenta esta limitación y saber que el sistema no se va a acelerar más de una cierta medida a pesar de aumentar la cantidad de iluminación.

Disfrute del Low-tech.
Llegados hasta aquí puede que a alguno le parezca un poco complicado, pero nada más lejos de la verdad. Este es un método extremadamente sencillo, basta con poner un sustrato sencillo, un poco de arena encima, el agua del propio grifo, algunas plantas y peces y dejar que por sí mismo se genere el propio equilibrio biológico. Durante los primeros meses pocos peces, y aumentar su número a medida que intuimos que el sistema es capaz de soportar mayor carga de estos.

Sustrato agotado. No importa!
Al cabo de 2 o 3 años podemos empezar a notar que la riqueza del sustrato se está agotando porque las plantas ya no crecen con tanta intensidad, empezamos a ver síntomas carenciales y quizás aparición de algas debido a la debilidad de las plantas. Aun así podemos prolongar la vida del sistema indefinidamente, para ello nos basta con reducir la luz a un máximo de 0,3 vatios por litro para que no halla un exceso de demanda de las plantas. Luego tenemos que asegurar suficientes nutrientes y para ello alimentamos bien a los peces, incluso en exceso. La comida es el abono, los deshechos de los peces y los restos de comida generan amoníaco y demás elementos que necesitan las plantas.
Los cambios de agua semanales abundantes vienen muy bien como aporte de sales minerales.

Abonar ligeramente.
Según sean las diferentes variables de luz, tipo de agua, cantidad de plantas, población de peces y comida, podemos llegar a un equilibrio sano en que podemos mantener el sistema sin problemas de carencias graves o de algas.
Si no lo conseguimos la última opción es añadir un plan reducido de abonado químico. En este caso utilizaremos entre 1/3 a 1/10 de la dosis considerada normal porque nuestro sistema se acerca mucho al punto de autosuficiencia, lo único que tenemos que hacer es incorporar un mínimo de elementos traza, y los macro fósforo y potasio.
Si nuestra opción en esta fase final es de abonar, esto se hará a dosis mínima porque es la forma de incitar a las plantas y raíces a seguir monitoreando el sustrato en busca de elementos, esta es la forma de asegurar que el sustrato no se contamina sino que sigue vivo.
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